El mentado estilo del boxeo mexicano
Apuntes de una identidad a chingadazos
Isay Galicia Castillo
En recientes declaraciones, Saúl Canelo Álvarez, lanzó una frase que dolió un poco en las entrañas de los aficionados que gustamos del boxeo: “Yo creo que el estilo mexicano no existe”, dijo Canelo frente a Julio César Chávez, quien preguntó enseguida: “¿Cuál es el tuyo, Canelo?”; “mexicano”, contestó Saúl, confundido y un poco nervioso prosiguió ante un pequeño enredo de palabras.[1] Sin duda, Canelo ha asociado el estilo mexicano con Gennady GGG Golovkin, quien se ha atribuido dicho estilo en primera instancia por su entrenador Abel Sánchez y en segunda, por ser un fanático del boxeo mexicano. La autodenominación de GGG al adherirse a un mexican style le han ayudado — además de sus capacidades de buen boxeador — a posicionarse ante el gusto de una afición nacional que ha visto en el kazajo, un peleador con esas características.
No obstante, hay que aclarar que no existe un método de enseñanza que determine “la escuela del boxeo mexicano”, pero eso no significa que no exista el estilo mexicano en el boxeo. Estilo, que va más allá de toda la historia de grandes peleadores como: Julio César Chávez, Juan Manuel Márquez, Miguel Canto, El Púas Olivares, Terrible Morales, Salvador Sánchez, Siri Salido, que distintos entre sí, lo definen. De igual forma se debe hacer mención a boxeadores olvidados que hoy no tienen nombre, pero que aportaron en el imaginario sobre dicho estilo.
En su libro El boxeo científico,[2] Salvador Esperón de la Flor, apunta hacia la tecnificación de los movimientos pugilísticos en el boxeo mexicano. Un boxeo que apueste por la técnica y mecanismo en tanto golpes, guardias, etc. y opina: “para ser boxeador no se necesita un valor homérico”. A la anterior afirmación del muy respetable Esperón de la Flor, me opongo un poco, porque para ser un boxeador mexicano se necesita de cierto valor, no homérico, pero si de un valor distinto, una épica a la mexicana. Mauricio Salvador, un especialista en el boxeo, ha dejado claro lo que para él, y para muchos, es el estilo mexicano:
Saber sobreponerse a la adversidad; esta sola cualidad es la que ha hecho del estilo mexicano un atractivo inigualable dentro del negocio del boxeo; fue lo que en diferentes etapas hizo grandes a Barrera, Morales y a Márquez, a Salido y a Vargas, por mencionar los últimos y más fieles representantes.[3]
A mi mente no sólo vienen grandes combates, sino algunos autores como Hans Ulrich Gumbrecht, quien hace mención al areté (lucha por experiencia)[4] que se entendería el dar todo por el todo, aunque todo, este aparentemente perdido. El areté se asemeja un poco a ese estilo mexicano. Juan Manuel Márquez, es un claro ejemplo en su última pelea con Manny Pacquiao. Juanma, en esa pelea perdía por rounds, hasta que vino el contragolpe que paralizo a Pacman.
El boxeo es un deporte que no varía en sus reglas en cualquier parte del mundo donde se practique. No obstante, existen peculiaridades socio-culturales de una nación o un colectivo incorporadas al boxeador. Saliéndome un poco del tema pero para dejar claro esta idea, me gustaría traer en este texto a la selección brasileña de fútbol de los años 90. El Scratch do Ouro, tenía un estilo peculiar de jugar el fútbol, el jogo bonito o su magia con el esférico los distinguía de sobremanera de otras selecciones, y todas las selecciones jugaban con las mismas reglas. [5] Así en el boxeo, los mexicanos se distinguen de otros boxeadores. Por supuesto, no todos los mexicanos claro está, pero hay algo que flota en el aire en ciertos representantes que nos hacen decir: eso es boxeo mexicano.
Julio César Chávez delineó la imagen del mexicano en el exterior como en el interior de la república, con ello, no solamente contribuyó a una especie de revolución boxística nacional, sino una revolución cultural que hoy persiste, al punto de ser considerado por muchos como el mejor boxeador mexicano de la historia. Es entonces que, el estilo mexicano no va sólo con la idea de la entrega y la valentía, sino con la identidad. El estilo también se conforma dentro de un panorama corporal-individual pero que sintetiza lo colectivo. Es decir, un cuerpo, un individuo que representa lo social: el boxeador que se encuentra en el ring, es el mexicano que somos, que nos representa. El boxeador mexicano contribuye a la construcción de una especie arquetipo nacional.
A decir, el estilo mexicano no es algo palpable, se alimenta por esos combates que a través del tiempo se convierten en narrativas, que van de boca en boca, en tradición oral contada por aficionados. Son esas historias que edifican el imaginario, no sólo nacional, sino internacional de lo que es “ser un mexicano” en el boxeo. Incluso, mucho antes de nuestras grandes glorias del pugilato, el estadounidense Jack London (1876–1916) escribió un cuento titulado El Mexicano, publicado en 1911. En él, se ocupa del joven Felipe Rivera, quien se incorpora al boxeo para poder financiar la causa revolucionaria del México de 1910. Es su pasión y bravura, lo que define al personaje.
Canelo, el mexicano de Guadalajara, Jalisco, — lugar donde se ha construido la identidad del “macho” — parece estar en una pelea interna ante las declaraciones de GGG, quien se ha imputado la mexicanidad en sus puños. Se debe recordar que no es la primera vez que boxeadores extranjeros se digan mexicanos en su estilo, tal es el caso de Floyd Mayweather Jr. quien se ha hecho llamar the black mexican o “el mexicano negro”. La diferencia con GGG, es que hay un claro público nacional que se identifica con el kazajo en su modo de boxeo y que quieren verlo triunfar sobre Canelo.
La cuestión de la identidad no es sólo un asunto de nacionalidades y de fronteras físicas bien delimitadas. También es un asunto de quién se adscribe, pero ante todo, de quiénes pertenecen y aceptan esa identidad y lo hacen suyo como uno más del colectivo o del grupo. Canelo y Golovkin tienen una cita en el T-Mobile Arena de Las Vegas el próximo 16 de septiembre, fecha patria en México. Tal vez ahí tengamos la respuesta del mentado estilo mexicano: con la reafirmación o confirmación del Canelo Álvarez como ícono boxístico nacional, o tal vez, presenciemos la nacionalización simbólica de Gennady Golovkin sobre el ring. Cualquiera de estas dos opciones es buena, y ojalá, que el estilo mexicano se haga presente no con la mercadotecnia, ni con la boca, sino como se ha forjado: a chingadazos.
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[1] Entrevista Canelo Álvarez en “A Los Golpes” por ESPN. 29 de Agosto de 2017.
[2] Editado por La Dulce Ciencia Ediciones.
[3] “Sin drama no hay gloria: Gennady Golovkin y su fallida aspiración por el estilo mexicano” (2017) Mauricio Salvador. En Vice Sports: https://sports.vice.com/es_mx/artic...
[4] Del libro: Elogio de la belleza atlética (2006) Editado por Katz.
[5] Al respecto, Gabriel Angelotti hace referencia a las implicaciones socio-culturales en el fútbol mexicano en su libro: Chivas y Tuzos. Íconos de México: identidades colectivas y capitalismo de compadres en el futbol nacional (2010) Editado por El Colegio de Michoacán.